Apenas unas pedaladas, te sobran para saber si hoy va a ser un día, bueno, malo o regular. Es una especie de sexto sentido, que con el tiempo adquieres, ya con saltar el bordillo, que hay cuando sales del portal de tu casa, lo sabes, y si todos tus músculos han sido capaz de organizarse para trabajar al unisono, la mueca de tus labios sonríe y todo sobra. Te sobra el mundo, y todo lo que te rodea, ahora eres tú y ella, la que tanto te ha hecho reír, emocionarte, llorar,sufrir, la que te ha regalado momentos de paz, cuando todo a tu alrededor era un auténtico caos. Entonces en ese momento suena unos acordes, en tus oídos....una de tus canciones favoritas, que gozada. Sigues por el sendero que te deja cerca de tu mini-paraiso, donde después de tantos años en él, sigues recorriendo sus rincones como si fuera el primer día, sigues derrapando en cada curva. Y ese olor de la resina y de pino, te sigue aportando calma, mientras pedaleas, en ocasiones con violencia y otras suave. En un momento, sientes la necesidad de sentarte y formar parte de esa calma, Y el atronador ruido del aire entre los pinos, te envuelve, respiras y cierras los ojos. A lo lejos la ciudad, sigue su ritmo frenético, y la gente retenida, con grilletes de mimbre a paredes de papel, se olvida de este pequeño pinar, bueno no todos, siempre hay algún imbécil que viene a tirar escombro, basura, condones, pero bueno luego alguno, se queja del impacto de las ruedas en el suelo, jajajajaja lo siento no podía retenerlo. Espero que de aquí a unos años mis ruedas sigan impactando sobre este maravilloso mini paraiso, y como no mis huesos también, pero solo de vez en cuando.Nos vemos en nada.
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estilo nino |
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venga otro vuelillo |
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