Sigo sentado, mirando al techo, iluminado solo por un triste led azul, que sale del tdt, que adorna el mueble del salón. Otra noche más de eterna tos, de nariz irritada, de largos tiempos mirando el reloj y el parpadeo del los dos puntitos, que separaran por siempre las horas, de los minutos. Otra noche para mirar el pasado, de encender la pequeña luz, de la habitación, para revivir fotos, álbumes y demás basura que guardo en los cajones, mientras los demás duermen. Que rápida pasa la noche cuando duermes y que lenta pasa cuando eres consciente de ella, de tiempos muertos, de los incesantes puntitos del minutero digital, que me vuelve ha agobiar de nuevo, y que vuelvo a mirar, otra vez, pensando que el avance sea más rápido. Lento, no como la vida, que sigue pasando entre fotos y recuerdos, a veces te roban una sonrisa, otras giran la comisura de los labios, pero sigues siendo parte de ellos, de tus recuerdos, de tu basura en los cajones, el ordenador lleno, de tu vida, la de tus amigos, de sus fotos, de tus y sus correos. Hemos dejado nuestra vida en manos de discos duros, de muros de facebook, nos hemos olvidado del amarillear de las fotos viejas, de abrir el buzón esperando una carta de un amigo, de darnos las manos, del roce de una mejillas, del abrazo. Sigo con el café en las manos, fijándome en la vida pasar, de la gente sentada en la barra, escribiendo en la pantalla, dando al like y olvidándose de que la persona, que esta en frente, cansado de que no me den, los buenos dias, cuando voy por la calle por que van mirando al suelo, harto de la falta de sonrisas, con lo poco que cuesta levantar un poco los labios y lo mucho que hace una sonrisa, da igual de quien. Atrofiando nuestros cerebros, preferimos sacar la foto de la puesta de sol, que sentarnos y disfrutarla, y tenerla de por vida en nuestros recuerdos, seguiremos dejando pasar los segundos, los minutos y las horas, y mañana, seguramente mañana, cuando volvamos la vista atrás, nos demos cuenta que al final tenemos millones de fotos en nuestros móviles pero ningún recuerdo en nuestras mentes, tendremos muchos likes en nuestros muros de facebook, pero ninguno de ellos, te sacarán las lágrimas de los ojos, ya sean de alegría o de pena. Cada vez estamos más cerca de los que nos quedan lejos, pero nos hemos olvidado de los que tenemos al lado, de vivir con ellos, de reírnos, sencillamente de hablar, sin tener que acortar palabras, para que te entren más en el texto. Cuando mañana, nos llegue la falta de memoria, cuando nuestro cuerpo sea agachado por el tiempo, no tendremos nada que recordar,ni de la sensación del olor a tierra mojada, ni de hierva recién segada,ni de las tardes de invierno, jugando en la alfombra del salón, ni de el primer beso, ni de las tardes de verano, bajando a la piscina del pueblo bajo un sol aplanador, de los amigos, del barrio, de jugar al escondite, del olor a café en la cocina, del frió en la cara, de las noches como esta, de un sin fin de cosas, que al final, hay que vivirlas, por que al final somos eso, vida y recuerdos.Incongruencia de escribir esto en un blog, pero la noche es muy larga. No vemos en nada.
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